viernes, 18 de diciembre de 2009

LA FAMILIA MEXICANA A TRAVÉS DEL TIEMPO


La familia prehispánica


Los códices o manuscritos que tratan acerca de esta época, permiten conocer algunas características de la vida familiar en tiempos anteriores a la Conquista.

Por esos testimonios sabemos que la autoridad recaía exclusivamente en el jefe o padre, a quien, por tener más edad que los demás miembros de la familia, se le atribuía también mayor sabiduría.


Cuentan algunos libros, que las madres enseñaban a sus hijos a referirse al padre como “el señor” o “mi señor”, en señal de respeto y de reconocimiento a su lugar en la familia.

La educación de los hijos era tarea de ambos padres, aunque también existían escuelas donde el temachtiani o maestro enseñaba la antigua palabra o la palabra de los sabios.


En la casa se criaba a los hijos con disciplina estricta. El padre instruía a sus hijos desde edad muy temprana con consejos como los siguientes: “Ama, agradece, respeta, teme, ve con temor, obedece, haz lo que quiere el corazón de la madre, del padre, porque es su don, porque es su merecimiento… porque a ellos les corresponde el servicio, la obediencia, el respeto”, “no te rías, no te burles, no hagas bromas del anciano o de la anciana o del enfermo, del de boca torcida, del ciego…”, “si te burlas de la gente, no saldrás humano…”


La madre enseñaba a sus hijas la forma correcta de hablar, de caminar, de mirar y de arreglarse.


Entre los indígenas había una vigilancia muy estricta de la castidad; las relaciones fuera del matrimonio se sancionaban severamente. Una vez que un joven encontraba a su pareja y se quería casar, lo más común era que tuviera una sola mujer. Sólo a los jefes de alto rango, les estaba permitido relacionarse con varias mujeres.



La familia colonial


La conquista española del territorio mexicano significó el enfrentamiento de dos culturas diferentes en muchos aspectos, entre los que también estuvo el concepto de familia.

Poco a poco, a través de la enseñanza de la religión católica, los sacerdotes españoles modificaron las costumbres familiares de los indígenas mexicanos, aunque no se conformó un solo tipo de familia. La mezcla de las razas y la clase social de cada grupo también produjeron diversidad en las familias, en su categoría, en sus privilegios y en su organización.


En la familia formada por españoles europeos, el padre era la máxima autoridad, a quien se respetaba siempre, salvo cuando actuara en contra de la ley de Dios. Lo mismo sucedía en la familia formada por españoles nacidos en México, también llamados criollos, y en la de españoles casados con indígenas, cuyos descendientes eran mestizos. El padre educaba a los hijos, les enseñaba el cultivo de la tierra o los oficios artesanales.



Después del padre estaba la madre, quien se encargaba del cuidado del hogar, preparaba los alimentos y realizaba las tareas domésticas. Las responsabilidades de los hijos dependían de su edad y sexo. El hijo mayor, recibía la mayoría de los bienes de la familia, los títulos y la responsabilidad de velar por el sustento de la familia, así como de cuidar el honor de las hermanas. Todos los menores debían respetar y obedecer al hermano mayor.

Los hijos recibían la educación en su propia familia; al casarse una pareja, las familias se unían para trabajar, se organizaban en empresas familiares, en la minería, en el comercio o la agricultura. La familia de la mujer daba la dote, que es el conjunto de los bienes o el dinero con el que contribuía a acrecentar las posesiones de la nueva familia.

Por influencia de la religión cristiana, que sancionaba las relaciones fuera del matrimonio, los hombres de la clase gobernante hicieron menos evidente su relación con varias mujeres y abandonaron la responsabilidad de mantener a los hijos nacidos de esas uniones. A los plebeyos, quienes sólo tenían una esposa, aquélla a la que podían mantener, les fue permitida elegirla, cambiando así la costumbre de que la familia y la comunidad lo decidieran.


La familia en el siglo XIX


En este siglo, la mayoría de las familias vivía en comunidades rurales con una población menor de 500 habitantes. Se dedicaban sobre todo a la agricultura, en la que participaban los niños desde muy pequeños. Ellos se encargaban de cuidar las aves de corral y juntar leña. La mujer realizaba todo el trabajo del hogar: hacía la ropa, molía el maíz, preparaba la comida y cuidaba a sus hijos.

El hombre seguía siendo la autoridad en la familia y el principal sostén de sus integrantes. El compadrazgo era una relación familiar muy importante, gracias a la cual se salvaba del abandono a una gran cantidad de niños que quedaban huérfanos. La muerte materna era frecuente, por falta de atención médica oportuna, dada la lejanía de las comunidades, sobre todo en el sur del país, donde existía cierto aislamiento por la falta de vías de comunicación.

Un cambio muy importante en la familia del siglo XIX se produjo por las actividades de las mujeres. En 1844, por primera vez hubo en México un grupo de Hermanas de la Caridad, que manejaba hospitales, consolaba y cuidaba enfermos. Estas mujeres aprendieron a leer y escribir; otras se formaron como maestras.


La familia en el siglo XX


Durante este siglo y particularmente en las últimas décadas, se dieron cambios importantes en la familia.

Actualmente, es común que una persona pueda elegir a su pareja. La sociedad ya no reconoce a los padres el derecho a disponer del futuro de sus hijos de la manera como lo hacían en el pasado. Las ideas modernas de la educación han convencido a mucha gente de que los niños y los jóvenes tienen derechos que deben respetarse. La educación obligatoria en las escuelas ha reforzado algunos valores familiares tradicionales y ha modificado otros.


Como consecuencia, algunas relaciones entre las personas han variado: en las familias donde la

autoridad del padre es menos rígida que en el pasado, se le presenta la oportunidad de relacionarse con sus hijos y con su mujer de otro modo: a través del diálogo, el acuerdo y la

tolerancia.

La madre ha adquirido más poder de decisión en la familia, pero también han aumentado sus responsabilidades dentro y fuera del hogar, ya que el trabajo doméstico sigue siendo, en su generalidad, una tarea femenina. La incorporación de la mujer a un trabajo en la industria, en el comercio o en cualquier otra área de la producción, ha forzado cambios en la familia; la mayor participación de los hijos en los trabajos del hogar ha puesto en tela de juicio los tradicionales roles asignados a hombres y mujeres, así como las actitudes de sumisión y dominio.





A pesar de los innegables cambios en favor de relaciones familiares más abiertas y con mayor libertad de expresión, también se ha incrementado la separación de las parejas; existe violencia dentro de la familia y abuso del menor, así como un mayor abandono y olvido de los familiares ancianos, que en muchos casos son considerados una carga para la familia. No es raro que los hijos rechacen todo tipo de guía y reglas provenientes de los adultos, y que crezcan, sin orientación suficiente para la vida.

En la sociedad actual muchas personas buscan relaciones alternativas a la familia tradicional; así proponen vivir en familias comunales o en unión libre, entre otras posibilidades.

Todo esto nos habla de que la familia, como forma de organización, está vigente, aunque también está en constante cambio.

La sociedad de fin del siglo XX fue producto, en parte, de la historia y las transformaciones de la familia mexicana. Para conocernos mejor, es importante que reflexionemos acerca de lo que aún conservamos de pasadas formas de organización familiar y de lo que hemos dejado atrás. Podemos identificar cuáles cambios nos han beneficiado o perjudicado, para decidir qué tipo de familia queremos para el futuro.

VALORES EN EL FAMILIA



Los valores en una familia nacen y se desarrollan cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad el papel que le ha tocado desempeñar procurando el bienestar y la felicidad de todos.

El valor de la familia de basa en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con responsabilidad al dialogo y a la convivencia. En la misma se valora el esfuerzo y la dedicación en el trabajo, en el estudio y en la ayuda en casa más que en la perfección de los resultados obtenidos.

En México y en varias partes del mundo se han cometido varios errores en relación con los valores. Los individuos los dejamos a un lado por mucho tiempo y los hemos retomado en forma poco racional y poco practica. Los estudiamos mucho y los promovemos poco; queremos practicarlos y hasta imponerlos más que vivirlos.
Es por eso que se considera a la familia como el espacio más adecuado para dar importancia, sentido y uso adecuado a los valores. Además la familia debe de ser el espacio de afirmación y sana confrontación de libertad, de autonomía y de aceptación no traumática de límites.

Los valores más sobresalientes en la familia son:

  • La alegría es un valor que se siembra primeramente en el seno familiar. Es en el núcleo familiar donde se procura que los miembros se ayuden unos a otros en sus necesidades, en la superación de obstáculos y dificultades, así como el compartir los logros y éxitos de los demás.
  • La generosidad es uno de los valores que se fomentan en la vida familiar. Entendiendo por generosidad el actuar en favor de otras personas desinteresadamente y con alegría. Hacer algo por otras personas puede traducirse de diferentes maneras, por ejemplo, dar cosas, prestar juguetes, dar tiempo para escuchar y atender a otro miembro de la familia, saludar, perdonar.
  • El respeto hacia los demás miembros es otro de los valores que se fomentan dentro de la familia, no sólo respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones y sentimientos. Respeto hacia las cosas de los demás miembros, respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones, éstas, por supuesto, adecuadas a la edad de la persona
  • La justicia se fomenta en el seno de la familia al establecerse lo que corresponde a cada miembro de la misma
  • La responsabilidad supone asumir las consecuencias de los propios actos, no solo ante uno mismo sino ante los demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus deberes y obligaciones.

COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA

La familia es la primera escuela donde aprendemos cómo comunicarnos. La forma como aprendemos a comunicarnos en nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicamos con los demás.
Así el niño comienza aprendiendo gestos y tonos de voz de sus padres y hermanos, comunicándose a través de ellos.

La forma de comunicarse que tienen los miembros de la familia, determinará la forma en que los niños que en ella crecen aprendan una manera de emocionarse y de pensar. Esto significa que cada familia enseña a través de la forma que tiene de comunicarse, su estilo particular; los valores, forma de pensar y mirar el mundo.

Cuando la familia es capaz de dejar claros los límites y normas entre distintos grupos de la familia, la comunicación entre sus miembros tiende a ser más directa, eficaz y transparente. Esto significa que si los adultos en su rol de padres tienen un desacuerdo, deben ser capaces de no traspasar ese desacuerdo a la pareja y deben además tratar de no involucrar a los hijos en la discusión. Es algo que deberán resolver como padres, para luego transmitir a los hijos su decisión. En esto nada tiene que ver su comunicación como pareja.

El estilo y la forma de comunicación que tengan como familia o sub-grupo de esa familia, dependerá de su historia familiar y de su forma particular de relación.
Los padres pueden manifestar diferentes estilos en la forma de comunicarse con sus hijos:

  • En el estilo pasivo, sumiso o inhibido, los padres se muestran incapaces de hacer valer sus deseos y sus opiniones frente al hijo. Muestran una actitud claramente defensiva y de auto concentración. Se sienten inseguros en su papel y deciden callarse, aguantar, adaptarse y ceder a la más mínima presión por parte del hijo.
En ocasiones piensan que si anteponen sus criterios a los del hijo pueden traumatizarle o llegar a ser rechazados por éste. Se guardan sus opiniones o, como mucho, llegan a expresarlas con timidez, con excesiva laxitud, sin decisión ni convicción, con un tono de voz generalmente bajo.

A la hora de educar y de abordar las naturales diferencias de opinión en el seno de la familia, esta forma de comunicarse genera frustración, ansiedad, baja autoestima, así como sentimientos de culpa y auto desprecio en el padre. Éste vive un conflicto personal interior y se siente incapaz de controlar o dirigir la situación con arreglo a sus deseos.

Normalmente tiende al retraimiento, a protegerse, a evitar las discusiones, y acaba sometido al hijo, acatando los dictados de éste, que termina por hacer su voluntad y salirse con la suya. En algún caso puntual su inhibición se puede transformar en cólera, explotando cuando alguna pequeña gota termina de colmar el vaso, con el consiguiente sentimiento de culpabilidad. En el estilo agresivo, dominante, impositivo, los padres intentan imponer sus criterios a los hijos sin tener en cuenta la opinión de éstos. El padre dominante sobrevalora y atiende casi en exclusiva sus propias opiniones, deseos y sentimientos. El estilo agresivo se manifiesta por la actitud desafiante, tensa, cargada de gestos de autoridad, amenaza e intimidación.

  • En el estilo asertivo, auto afirmativo, dialogante, el padre no se inhibe a la hora de manifestar sus opiniones, ni intenta imponer sus criterios de forma autoritaria, como ocurría en los dos estilos anteriores respectivamente. La asertividad es la capacidad de defender activamente nuestros derechos sin violar los de los demás y permite que todos expresen abierta y directamente sus ideas. Las ideas se defienden, las opiniones se razonan y las normas se argumentan, sin apelar al sometimiento ni provocar rechazo. Las opiniones y razones del hijo también son consideradas como importantes y legítimas, son escuchadas y tenidas en cuenta.
Es una comunicación que se construye con la intervención de las dos partes. Resulta especialmente útil para analizar juntos las cuestiones, prevenir conflictos futuros, negociar, resolver las dificultades, buscar alternativas, encontrar posibilidades. Con el estilo asertivo los hijos aprenden que pueden dialogar con sus padres y expresarse libremente con el mismo respeto que reciben de ellos. La comunicación entre ambos es fluida. Escuchan con más interés la información que se les proporciona, que ya no es en forma de órdenes impuestas. Se sienten apreciados, valorados, escuchados, tenidos en cuenta y respetados.

¿QUÉ INFLUENCIA TIENEN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA?


La familia es la primera escuela donde aprendemos cómo comunicarnos. La forma como aprendemos a comunicarnos en nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicamos con los demás. Así el niño comienza aprendiendo gestos y tonos de voz de sus padres y hermanos, comunicándose a través de ellos.


En plena época de incertidumbre en el que el entusiasmo es sustituido por la apatía y la confianza es acosada por el escepticismo los medios de comunicación tratan de encubrir las diferencias entre el deseo prometedor y lo realmente probable. Con este fin los medios convocan lo imaginario, lo irreal y lo simbólico.


Es indudable que el tiempo dedicado a los medios de comunicación como lo pueden ser la televisión, la radio, la computadora, etc. Condiciona una capacitación de la mente de prevalencia sensorial- visual y que se visualiza con el tiempo de las relaciones escolares, familiares y sociales.

En relación con el poder que tienen los medios de comunicación en especial la televisión en el individuo, suelen presentarse criterios de su pleno reconocimiento como autoridad moral de tanta o mayor importancia que la familia, la escuela, la religión, etc. en niños y jóvenes y también puntos de vista escépticos que plantean dudas acerca de que si los medios de comunicación influyen demasiado en los comportamientos, valores y manera moderna de interpretar los acontecimientos de cualquier dimensión.


Los medios de comunicación influyen en la familia empezando por un niño ya que estos son los que prestan más atención después influye en los adolescentes y por ultimo en los adultos. Algo que sobresale mucho en la influencia de los medios de comunicación en la familia es que pueden transmitir mensajes adecuados y favorables, pero de igual manera pueden transmitir mensajes inadecuados y desfavorables que pueden repercutir en la vida de un individuo y en su desarrollo familiar y social.


Pueden ser favorables si transmiten información verídica y educativa y que de la misma manera pueden ayudar a los individuos en su desarrollo tanto personal como intelectual.

Y pueden ser desfavorables si lo que transmiten es malo o puede ocasionar que el individuo desarrolle maneras de actuar y pensar negativas.


Existen influencias mutuas e interactivas entre estas la familia y los medios de comunicación socializantes de la sociedad. La exposición a determinados medios de comunicación de masas, es una actividad compleja que requiere diversos problemas de decisión, actividades de atención que incluyen la acomodación para ignorar las distracciones del contexto. Requieren estrategias de comprensión de considerable complejidad. Sin olvidar una dimensión social de extremada significación, y es que la interacción con determinados medios se tiende a realizar en presencia de otros, y en este caso este hecho viene claramente determinado por la familia.


El efecto de los medios no es exclusivamente en un sentido unidireccional, sino dentro de la interacción de una serie de problemas complejos. De manera que en nuestro caso tan significativo puede ser lo que los medios le aportan a la familia, como lo que la familia es capaz de aportarle a los medios, mediante una actitud crítica y reflexiva hacia los mismos.

LA SOCIOLOGÍA Y LA FAMILIA



Debido a que la familia es el núcleo esencial de la sociedad se ha convertido en un estudio importante de la sociología ya que de la misma manera la sociedad y sus componentes son lo que le interesa estudiar a la sociología.

Las relaciones entre la transformación de la familia y las transformaciones de la sociedad, los cambios técnicos, económicos y sociales, ya no podrán ser explicadas en términos de modelos simples y únicos. Cada estudio consagrado a la familia en un contexto social y económico particular muestra la variedad de situaciones.

La reflexión histórica sobre la familia permite poner de manifiesto que no hay uno, sino dos tipos de familia y de organizaciones familiares muy diferentes en el tiempo y el espacio.

El hecho familiar es universal, pero con arreglos muy diversos según las sociedades. Entre las sociedades tradicionalmente estudiadas por loa antropólogos y las sociedades contemporáneas existe una diferencia de grado, sino de naturaleza . en las primeras, el parentesco proporciona lo esencial de las categorías sociales, el marco de las relaciones de producción, de consumo, de poder, etc.; en las segundas, el parentesco tiene la concurrencia de otras instituciones sociales, y sobre todo el Estado.

Sociólogos que se interesaron en el estudio de la

familia


Los sociólogos que brindaron mayor interés en los estudios acerca de la familia fueron:


Comte


Comte desarrolla un principio de subordinación, el de los sexos primero, y el de las edades después. La familia como organismo jerarquizado, es el lugar de la disciplina doméstica y social.

La principal crítica que se le puede hacer en este tema a Comte es la de no apoyares en ninguna encuesta concreta y de depender de una perspectiva psicologizante cuya creación consiste en reemplazar a Dios por la naturaleza humana.



Fréderic Le Play

Revistió sus proposiciones de una envoltura teórica, apoyada en encuestas extensivas. Sus monografías familiares conocieron un gran éxito en el siglo XIX. A partir de ellas, organizó un cuadro clasificatorio de las familias distinguiendo: 1) la familia patriarcal, 2) la familia inestable y 3) la familia troncal.

Bajo esta clasificación se esconde un proyecto político de reforma del derecho de sucesión que los acontecimientos de 1870 hicieron fracasar. El modelo de familia troncal es presentado como el mejor, el más apto para luchar contra la desintegración social.


Durkheim

Las premisas de su anális aparecen hoy superadas, en la medida en que están impregnadas del evolucionismo característico de finales del siglo XIX. Durkheim ve en la familia contemporánea como el resultado de formas antiguas, es como el desenlace limitado.

El dice que la contracción de la familia es correlativa a la extensión del medio social, de la aldea a la ciudad, de esta al Estado; se manifiesta por el quebrantamiento progresivo del comunismo familiar.

TIPOS DE FAMILIA


La familia ha demostrado históricamente ser el núcleo indispensable para el desarrollo de la persona, la cual depende de ella para su supervivencia y crecimiento.

Existen varias formas de organización familiar y de parentesco, entre ellas se han distinguido cuatro tipos de familias

  • La familia nuclear o elemental: es la unidad familiar básica que se compone de esposo (padre), esposa (madre) e hijos. Estos últimos pueden ser la descendencia biológica de la pareja o miembros adoptados por la familia
  • La familia extensa o consanguínea: se compone de más de una unidad nuclear, se extiende mas allá de dos generaciones y está basada en los vínculos de sangre de una gran cantidad de personas, incluyendo a los padres, niños, abuelos, tíos, tías, sobrinos, primos y demás; por ejemplo, la familia de triple generación incluye a los padres, a sus hijos casados o solteros, a los hijos políticos y a los nietos.
  • La familia mono parental: es aquella familia que se constituye por uno de los padres y sus hijos. Esta puede tener diversos orígenes. Ya sea porque los padres se han divorciado y los hijos quedan viviendo con uno de los padres, por lo general la madre; por un embarazo precoz donde se configura otro tipo de familia dentro de la mencionada, la familia de madre soltera; por último da origen a una familia mono parental el fallecimiento de uno de los cónyuges.
  • La familia de madre soltera: Familia en la que la madre desde un inicio asume sola la crianza de sus hijos/as. Generalmente, es la mujer quien la mayoría de las veces asume este rol, pues el hombre se distancia y no reconoce su paternidad por diversos motivos. En este tipo de familia se debe tener presente que hay distinciones pues no es lo mismo ser madre soltera adolescente, joven o adulta.
  • La familia de padres separados: Familia en la que los padres se encuentran separados. Se niegan a vivir juntos; no son pareja pero deben seguir cumpliendo su rol de padres ante los hijos por muy distantes que estos se encuentren. Por el bien de los hijos/as se niegan a la relación de pareja pero no a la paternidad y maternidad

¿CÓMO SE DIVIDEN LAS FAMILIAS DE ACUERDO A SUS ACTITUDES Y CONDUCTAS?


La ambivalencia es una de las características inevitables del ser humano. Por lo tanto aun en una familia que funciona bien, es decir en una familia donde los hijos no presentan trastornos graves de conducta y en donde la pareja no permanece constantemente en conflicto, podrá encontrarse sentimientos transitoriamente negativos e insatisfacciones de un miembro respecto a otro.


Lo óptimo es un equilibrio de fuerzas familiares que le permita a la familia progresar de crisis en crisis, resolviéndolas de manera que se promueva el desarrollo de cada miembro hacia una mayor madurez y hacia una relación más cálida.


La dinámica familiar funcional combina sentimientos, comportamientos y expectativas que permitan a cada miembro de la familia desarrollarse como individuo y les da la convicción de no estar aislados y poder contar con el apoyo de los otros. En las familias funcionales las crisis se encaran en grupo; cada uno de los integrantes acepta un papel que ayuda a enfrentar la emergencia y la familia cambia para adaptarse a las circunstancias cada miembro conoce las fuerzas nocivas y las debilidades de los otro.


Una familia funcional identifica problemas con claridad. Los miembros no dudan de expresar verbalmente su inconformidad o incomodidad ante una situación difícil. Se dicen unos a otros lo que cada cual desea o no desea o negocian incluso pelean constructivamente para encontrar soluciones. La familia funcional ve los problemas como situaciones que afectan a todos. Todos colaboran en la solución y nadie utiliza el problema para atacar o humillar a los otros. Mantienen a estabilidad y compatibilidad familiar.

Sin embargo, la familia disfuncional actúa contradictoriamente y utiliza los problemas como una arma, y cada que se presenta un problema la familia se empieza a desunir poco a poco.


En cuanto a la expresión de los sentimientos cada una de estas familias actúa de manera diferente, por ejemplo:


  • El la ternura los miembros de la familia funcional expresan con libertad sus sentimientos positivos con la necesidad de recibirlos. Sin en cambio en una familia disfuncional los miembros son incapaces de pedir u ofrecer el afecto o la atención que necesitan brindarse unos a otros. Los miembros muestran rabia o decepción por que no reciben la ternura que quieren.


  • En cuanto a la cólera. Es normal que en todas las familias surja la cólera debido a las frustraciones de la vida diaria. Los miembros funcionales permiten la 3expresion libre de la rabia y el desacuerdo. Tienen la convicción de que nadie será destruido por un pleito temporal. En una familia disfuncional por el contario los miembros enojados o frustrados tratan de ocultar sus sentimientos, temen y los expresan indirectamente.


  • En la tristeza. Pues al igual que con la cólera todas la personas tienes un momento de tristeza durante su vida. Sin embargo la familia funcional expresa libremente tristeza y sus miembros pueden llorar juntos y consolarse mutuamente hasta que el paso del tiempo resuelva la crisis. La unión familiar se refuerza después de esos periodos. Por el contrario en la familia disfuncional cada miembro trata de ocultar temas depresivos por temor a entristecer a los otros; como defensa prefiere pelear porque toleran la cólera mejor que la tristeza.


  • En la incertidumbre, la familia funcional tolera situaciones mal definidas así como las consecuencias temporales de los errores de uno de sus miembros. Colaborar para encontrarle una solución al problema. La familia disfuncional para evitar la angustia de la incertidumbre empuja a sus miembros a obrar de manera precipitada o extrema y a veces produce así trastornos de comportamiento y crisis que no habrían ocurrido si la familia hubiera podido esperar, decidir y reflexionar con calma.


  • En la individualidad y dependencia los miembros de la familia funcional conservan el afecto y la lealtad que los une, establecen una independencia parcial apropiada para la edad de cada miembro. En una familia disfuncional las zonas de autonomía están mal delimitadas y son causa de pleitos, recriminación, y manipulaciones; algunos miembros luchan, otros miembros temen la autonomía e insisten en compartir actividades con los otros e inferir las decisiones. Uno de los objetivos de la familia disfuncional es disolverse y cambiar la estructura conforme pasa el tiempo. La familia disfuncional busca un futuro sin separaciones, desea que la estructura inicial continúe como si los hijos fueran para siempre de edad preescolar y como si los padres no cambiaran sus necesidades con la edad. Los padres funcionales se separan poco a poco de sus hijos conforme los ven crecer. En la familia disfuncional cuanto más crecen los hijos tanto más se angustian y deprimen los padres ante la posibilidad de perder la compañía y el apoyo diario que la progenie.


La comunicación en las familias funcionales y disfuncionales


En toda familia se intercambian mensajes no verbales, se guardan ciertos secretos por pudor o para evitar dificultades y se conservan obstáculos de los que la familia no habla; en toda familia hay también momentos en que unos no comprenden los mensajes de los otros.


La familia se vuelve disfuncional ya que es precisamente durante las dificultades y las frustraciones interpersonales cuando se necesita comunicación clara y directa. A menudo la razón por la cual un miembro emite mensajes enmascarados, indirectos y desplazados es el miedo a perder el amor o la estimación del resto de la familia. En una familia funcional dicho temor es mínimo, los miembros confían en que el amor de los participantes reaparecerá después de la crisis aun cuando en el periodo difícil se hayan intercambiado palabras duras o recriminaciones.