viernes, 8 de enero de 2010

LA FAMILIA



La familia es un espacio de crecimiento para todos porque el mundo familiar ofrece la oportunidad a padres, hijos y parientes de afirmarse e identificarse como personas, mediante la convivencia en distintas etapas de la vida en el ciclo familiar y personal.

Esto es así, en virtud que la interacción que se tiene en los diversos papeles de desempeño el individuo es la dramaturgia familiar y la interacción del núcleo con otros grupos, nos permite ir incorporando, a través de la percepción de la realidad, de la práctica del desempeño de ritos y el desarrollo de aptitudes e instrumentación de conductas y una mejor asetividad en las decisiones.


El crecimiento personal se involucra mucho en la familia ya que nos ayuda a vivir con responsabilidad y desarrollar la capacidad de ir incorporando los diversos códigos, con los cuales tenemos que experimentar, madurar emocional y socialmente y valorar las cosas durante nuestra experiencia personal.

La familia supone una profunda unidad interna de dos grupos humanos: padres e hijos que se constituyen en comunidad a partir de la unidad hombre-mujer. La plenitud de la familia no puede realizarse con personas separadas o del mismo sexo.

Toda familia auténtica tiene un "ámbito espiritual" que condiciona las relaciones familiares: casa común, lazos de sangre, afecto recíproco, vínculos morales que la configuran como "unidad de equilibrio humano y social".

De este modo el individuo capacita para saber elegir su forma de involucrarse y aprender interactuar en el medio en el que se desarrolla.